DRAGON'S CROWN


Dragons’s Crown

¿Quién no tiene la nostalgia de que vuelvan los arcade de salón al más puro estilo Double Dragon? Las últimas generaciones de consolas han dejado de lado este género beat’em up cooperativo que tanto se añora. Entre todos los catálogos de juegos impresionantes que nos dieron PlayStation 2, Xbox, y más tarde PS3 y Xbox 360, había vacantes de sobra para el género de lucha pandillero-callejero, beat’em up, o como uno quiera llamarle. Entre los juegos de PS3 se atisbó, por fin, un lanzamiento de lo que era un tipo de juego olvidado. La compañía japonesa ALTUS fue la que se atrevió a lanzar Dragons’s Crown, que tanto éxito ha conseguido (más de 900.000 copias vendidas en todo el mundo) contando con un gran número de seguidores pero también detractores. Os explicamos por qué. 


      El juego tiene como principal reclamo su atractivo dibujo en 2D de corte fantasía medieval, con personajes grandes. Su diseño gráfico es impresionante, no se puede discutir. Sin embargo, su argumento es más plano que una mesa (debemos ir a buscar la reliquia «Corona del Dragón», sin más). El jugador visita mazmorras con sus respectivos jefes finales, y vuelve a una villa ─el centro del juego─ para reponerse de armas, vida, pócimas y rendir cuentas al Rey, a veces para recoger recompensas si hemos completado algún desafío. Su jugabilidad es también sencilla, haciéndose más complicada cuando controlamos al brujo o la maga los cuales son más de lanzar magias que de golpear. En el caso de la maga, capaz de hechizarnos más por su delantera que por su magia.
      En total hay 6 tipos de personajes, cada uno con sus singularidades, pudiendo haber hasta 4 jugadores cooperativos (local o en línea) más 2 controlados por la CPU. A esto hay que sumarle los enemigos, el decorado y los objetos que dropean. Como os podéis imaginar, el caos en la pantalla está predestinado. Jugando a Dragon’s Crown, a veces, observamos enemigos volando, golpes, explosiones, bidones rompiéndose, rayos y magias. El alboroto que se monta en el escenario es importante, llegando a molestar considerablemente. Y si no, mirad algún gameplay como ejemplo. A veces, se lía tanto que lo único que podemos hacer es aporrear los botones sin más porque no sabemos ni dónde está nuestro personaje.

 
      De poco sirve el círculo a modo de peana (opcional) que nos indica la posición de nuestro héroe.  Este es uno de los puntos más negativos del juego: el caos que genera tantos sujetos luchando a la vez, sin duda. No deja lugar a la estrategia cuerpo a cuerpo o habilidad en combate de cada jugador. El botón de cubrirse es puro adorno. Si la base de un buen beat'em up es su capacidad de acción jugable, que falle en este aspecto es su gran defecto.  En su lugar, la base del entretenimiento es la buena gestión de los recursos (armas, pócimas, etc) y puntos en atributos que repartimos a nuestro guerrero/a cada vez que subimos de experiencia ─ subimos de nivel y conseguimos un punto que habilidad a repartir ─. Dragon’s Crown no tiene una dificultad considerable, ni tampoco nos obliga a exprimirnos el cerebro con sus puzles. No importa ser cuidadoso con las vidas: los continues son infinitos. El título sienta sus bases en elementos de rol (subir de nivel poderes, magias, etc) y llegado a cierto punto no es capaz de haceros frente nadie. Tampoco os hacen falta aliados ─ni online, ni offline─ porque detruís planetas vosotros solitos.
"Dragon's Crown tiene un diseño artístico espectacular (gráficos, música, dibujos) pero, en conjunto, está sobrevalorado"
      Únicamente nos penalizan con perder dinero si los usamos, pero el dinero no es tampoco un problema porque llegamos a tener bastante. Entonces ¿por qué tiene tanto éxito Dragon’s Crown? Una de las razones podría ser la escasez de ofertas de este género en aquellos años. Como hemos dicho antes, los beat’em up se habían dejado muy de lado cuando se lanzó Dragon’s Crown (2013). Al ser de los pocos que apostaron por este género, les resultó fácil destacar, sobre todo por los voluminosos gráficos de las protagonistas en la carátula. Es lo primero que nos llama la atención. También innovó en algunos aspectos, como la posibilidad de usar un puntero, como el de un ratón de PC, para coger ítems del suelo (aunque esto ya lo vimos en Super Mario Galaxy), invocar poderes tocando unas runas dibujadas, y luego el menos usado de todos: saber información del enemigo (su vida, su nombre, etc) tocándole con el puntero. Los escenarios son espectaculares, y su diseño está muy elaborado: los protagonistas, los enemigos, la música orquestada sobretodo. Pero creemos que el juego está sobrevalorado

      En ocasiones se hace tedioso el ir caminando por mazmorras golpeando rivales que se quedan pasmados mirándonos los pechos. Se lo piensan demasiado antes de atacarnos. Únicamente suponen un peligro los jefes finales. Aun así, en Japón se vendieron cerca de 300.000 copias del juego (amantes de lo difícil, pero en este caso no, quizá tentados por la hechicera), y otras 600.000 en el resto del mundo (el recuento es el total de las 3 plataformas: Ps3, PsVita y Ps4). El éxito es rotundo. El juego en línea está cruzado entre las 3 plataformas que hemos mencionado, un detalle que le da muchos puntos a favor ya que usuarios de diferentes consolas pueden encontrarse en una misma partida. Dragon's Crown es un valiente beat'em up que ha querido ser original, sobre todo en cuanto al diseño gráfico. Pero no satisfará a los jugadores old school de viejas recreativas arcade.


Calificación: Aceptable