Seguimos con las modas retro y los juegos desafiantes. Dawn of Fear (Amanecer del miedo) es un juego tipo survival horror de vieja escuela con una clara inspiración de los clásicos videojuegos de terror de los años 90: Resident Evil y Alone in the Dark. El título está desarrollado por el estudio pequeño Brok3nsite, una rareza de producto nacional español. Los creadores no se esconden al decir que son unos fans de los juegos de terror de los 90: cámara fija, poca munición y zombis. Su locura por estos juegos de corte clásico les llevó a programar Dawn of Fear, lanzado para el sistema Ps4 y Steam con poco recibimiento. Sin pena ni gloria.
No obstante, el juego tiene su mérito porque consigue meternos el miedo en el cuerpo además de entretenernos aunque su historia no es todo lo original que uno podría esperar. Lo intenta, eso sí. Es relativamente corto. Se puede terminar en unas 2 o 3 horas si somos hábiles. Su precio es de unos 20 euros, así que no se le puede exigir mucho. La historia nos habla de un tal Álex, un tío cualquiera que recibe una llamada telefónica de su abogado (o notario) comunicándole la muerte por suicidio de su madrasta: Jessica. Los diálogos nos muestran que Álex ya ha perdido a su padre (biológico) y a su hermanastro en un accidente de coche. Esto sumado a la muerte de Jessica (su madrasta) se queda él solo con una mansión enorme para montar sus fiestas. Pero como no está para celebrar nada, decide arreglar los papeles con su abogado y deshacerse del patrimonio. Ambos acuerdan reunirse en el hall de la mansión para arreglar el asunto y su abogado muere de forma brutal cuando Álex se despista un momento. Lo que haría cualquier tipo sería irse por patas de la mansión y llamar a la policía, pero no.
Resulta que el cuerpo sin vida –crucificado- de su abogado bloquea la puerta principal del caserío y le impide salir. No es posible salirse por una ventana o saltando al jardín, o patio, de la mansión,... no. La vivienda es muy grande pero solo se puede salir por la puerta principal. Álex se queda atrapado en la mansión, sin opciones de salir, y aquí es donde empieza nuestro juego. Como hemos dicho, el sistema de cámaras fija es el santo y seña de estos géneros survival horror porque podemos escuchar los pasos de un zombi, por ejemplo, pero no conseguimos verle hasta que el ángulo de la cámara le enfoca. Además, la torpeza de nuestro personaje es un añadido fundamental. La movilidad tipo tanque hace que nos sintamos torpes y vulnerables a todo.
"Jessica fue la única madre que conocí. Hacía feliz a mi padre. Siento que le fallé...." Álex ─protagonista de Dawn of Fear─
La exploración, forzada obviamente, en el interior de la mansión muestra a Álex que la casa de su madrasta no es tan grande como pensaba, sino que es enorme! No solo hay habitaciones con pasadizos secretos, también hay sótanos, laboratorios, tanatorios y un subsuelo que podrían albergar la sede de la CIA si quisieran. Llama la atención que no nos ponen ni un mísero mapa cutre para orientarnos un poco. El jugador tiene que exprimirse sus sesos en recordar por donde ha pasado, las rutas a seguir para llegar a una localización u otra ya que en ocasiones nos hacen regresar a un punto anterior, como buen juego de survival horror, mientras nos espera el bicho de turno a que pasemos por allí de nuevo. Álex va encontrando pistolas y alguna que otra escopeta para abrirse paso entre seres abominables pero no se puede ir jugando a repartir plomo libremente. La munición escasea. Los puntos de guardado también, son unos velas que encontramos distribuidas por el mapa ─no es posible guardar la partida cuando queramos, sino que debemos hacerlo en unos lugares muy concretos─. Morir supone perder todo el progreso alcanzado y volver hasta el último checkpoint (vela encendida). El juego es aceptable, sobre todo si sois de esa generación de chavales que pasabais de ir a clase en el curso 1998 para terminaros el Resident Evil 2.
Tiene detalles ingeniosos, como su barra de vida que no tiene un gráfico definido si no que es el mismo blog de notas del submenú que se va manchando de sangre según las heridas que reciba Álex. Los puzles de la aventura son sencillos, con un claro guiños a otras obras del género. Ahora vienen los contras de Dawn of Fear. Hay una serie de fallos que le pegan una patada a la experiencia de juego. Los más sonante son sus cámaras fijas. La mayoría están bien pero otras molestan de lo lindo. Hacemos especial mención a una que, por ejemplo, tuvimos que recurrir a un tutorial publicado en youtube para saber dónde encontrar un ítem oculto en una habitación. El ítem no era difícil de encontrar pero sí la puerta de entrada a esa habitación –un desván- que por la situación del ángulo de la cámara era casi imposible divisarla. El enfoque de la cámara –fija- hacía que pasáramos por delante una y mil veces sin darnos cuenta de que estaba el desván allí mismo, justo delante de nuestras jeta. Pensamos que es un fallo gordísimo de los desarrolladores porque interrumpe seriamente la experiencia jugable.