LAYERS OF FEAR

No han sido pocos los juegos de survival horror que han tratado de manera descarada imitar el fugaz éxito de P.T Silent Hills, una demo del sobrevalorado director/productor Kojima que despertó un hype por las cuatro esquinas del mundo con su beta de Silent Hill en 1º persona para Ps4 en 2014. Como todo el mundo sabe, el juego nunca salió al mercado al cancelarse su desarrollo y despedir de manera fulminante a su director para cabreo de este. Entonces el estudio polaco Blooder Team se lanzó en plancha a imitar el prototipo de Kojima que tanta expectación levantó. Alguien de Polonia pensaría que hacer un juego de terror psicológico en 1º persona es lo que se vende ahora, pues acertaron. La idea de P.T Silent Hill se ha plagiado en muchas ocasiones, algunas de manera desafortunada, pero al pequeño estudio polaco le salió bien. 

      En el juego Layers of Fear nos habla de la vida doméstica de un pintor de principios del siglo XX que tiene como principal misión pintar un cuadro, así de fácil. Pero la mente de este pintor está un poco trastocada después de haber vivido experiencias negativas en su vida, detalles que nos van contando mientras transcurre el videojuego, o más bien, mientras va pintando el cuadro. Es un pintor perturbado que quiere acabar su obra cumbre, según él, porque luego vemos que se trata de una pintura más. Las escenas corren por las diferentes estancias de la vivienda, no hay exteriores, y nos obligan a recorrerlas de manera un tanto lineal.

      Durante estos paseos por la casa, la cual uno se puede imaginar que no es pequeña, van sucediendo una serie de sucesos paranormales que volverían loco al mismísimo buda. Desde el principio nos dicen que nos pongamos cómodos porque nos lo harán pasar mal a su debido tiempo. Luces extrañas, sombras que nos persiguen, apariciones fugaces de figuras. Todo muy condimentado pero no podemos hacer nada, solo mirar. Mirar y caminar. El juego no tiene sistema de lucha. Su jugabilidad se basa en la exploración y observación del entorno, nada más. En este aspecto el juego es demasiado simplón pero queda compensado por sus gráficos hiperrealistas que consiguen sumergirnos en la atmósfera de la casa. Técnicamente es una pasada. Basta mirar un cuadro de una pared para ver que los programadores se lo han currado al máximo. Y así con todo: mesitas de noche, sillas, muebles, lámparas, puertas, ventanas. Nuestro protagonista se pasea por las estancias para tratar de localizar unos objetos que le ayudan a completar el cuadro que está pintando en su estudio. Un cuadro que ha estado intentando dibujar en muchas ocasiones. A medida que avanza la historia vamos entendiendo lo que atormenta al pintor frustrado, el cuadro va tomando forma y dependiendo de las acciones que tomemos, saldrá de una forma u otra. Hay tres finales posibles. Existe una clara inspiración en el libro El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde. 

      Lo que hay pintado en el cuadro es un reflejo de nuestras acciones pero que no se engañe el lector, la historia principal de Layers of Fear dista mucho del galán melenudo que nos presentan en la película. El juego trata de que el pintor dibuja el cuadro mientras experimenta situaciones anómalas, delirios. Nos hacen colisionar el cerebro  a la vez que vamos explorando la casa para encontrar unos ítems: visiones, voces, bebés llorando, puertas que se cierran detrás de nosotros, planos que cambian de manera súbita. La manera de hacernos provocar inquietud está desproporcionada, por lo que finalmente consigue su objetivo. El juego empeora a medida que avanza porque se nos revela la mecánica simple que usa. No podemos hacer nada. Caminar y mirar, caminar y mirar, eso es todo. 
"Ya hazlo bien (el cuadro) de una vez" .- Voz en off de Layers of Fear
      Nos encontramos puzles tan sencillos que hasta un mono aporreando el mando sabría resolverlos. Se nos permite abrir y cerrar cajones y armarios, función que llega a cansar al jugador porque en la mayoría de muebles no hallamos nada de interés. Además, da la sensación de estar desvalijando una casa más que explorarla. En conclusión, ¿el juego consigue meternos miedo en el cuerpo? Sí, un poco, incluso a veces de manera forzada porque es casi imposible no sobresaltarse con un subidón de volumen, por ejemplo. El miedo depende del perfil de cada videojugador. Recordemos que Layers of Fear es una clara imitación de la demo P.T Silent Hills por mucho que sus creadores traten de evadirlo.

      El miedo psicológico es el que nos quieren meter en vena, como en P.T Silent Hills. Desde el principio ya nos dicen que nos quieren hacerlo pasar realmente mal pero tampoco se trata de enfocarlo para jugadores masoquistas. ¿Y del protagonista qué sabemos? Más bien poco, aparte de que está como una regadera. Se nos plantea un estereotipo de artista que usa anfetaminas para inspirarse, alcohol u otras drogas, cosa que se le acaba yendo de las manos. Quienes más lo pagan son su familia, su esposa e hija. Además, pagan un alto tributo por la locura del pintor, pero no queremos contar más por si alguien no ha jugado a Layers of Fear.  El juego ha tenido reseñas positivas en líneas generales por su diseño y guion, lo cual tiene mérito por ser una producción de pequeño presupuesto, pero es poco rejugable y demasiado simple. El juego tiene un DLC donde jugamos la misma historia pero esta vez desde la perspectiva de la hija pequeña del autor. Es un estupendo complemento para entender mejor la vida atormentada del pintor pero el DLC es prescindible.
Calificación: Aceptable