BLOODBORNE

"Pase lo que pase, creerás que todo ha sido un mal sueño"
Bloodborne es una rareza exclusiva para Ps4. Solo se puede jugar en esta plataforma. Es un juego de rol-acción que salió cuando la nueva consola de Sony estaba dando sus primeros pasos en el mercado doméstico allá por mediados de 2015. Sin duda, Bloodborne impulsó las ventas de PlaysStation 4 gracias a sus críticas positivas. El director de Bloodborne, Hidetaka Miyazaki, es el padre de otras obras como Dark Souls y Demon's Souls. En esta ocasión, Miyazaki ambientó el juego en un estilo victoriano propio de finales del siglo XIX y una historia que a día de hoy nadie entiende.

      Su decisión de desmarcarse tanto de otras líneas de sus juegos FromSoftware vino de la promesa de hacer algo solo para la casa de Sony a condición de que le dejaran hacer cosas raras. La compañía de Ps4 se vio forzada a ceder confiando en la maestría de su director, que no falló. Bloodborne cuenta con millones de seguidores que aún día siguen jugando. El título ha sido premiado varias veces, ha salido una serie de cómics, tiene su propio juego de mesa y toda una legión de usuarios detrás que matarían por ver una segunda entrega. Bloodborne se ha convertido ya en un clásico ¿Qué ha hecho para engatusar a tantos jugadores?

      Uno de los ingredientes clave que tiene Miyazaki a la hora de crear sus líneas argumentales es que cuenta muy poco, y deja que el usuario se imagine el resto. En una entrevista declaró que de pequeño leía lectura para adultos que él no comprendía, pero que daba imaginación a aquello que no llegaba a entender. Lo mismo pasa en Dark Souls y Bloodborne. Nos cuentan poca cosa con cinemáticas. Luego, con las descripciones de los ítems y las armas debemos intentar completar el universo que nos proponen pero todo es siempre bajo nuestra imaginación. En Bloodborne nos presentan a un cazador que despierta en una camilla de un laboratorio médico en la ciudad de Yharnam, una ciudad de estilo gótico infestada de gente enferma. Algunos han mutado hasta convertirse en monstruos de difícil descripción, sobre todo algunos jefes de mazmorras son auténticas abominaciones. Nuestro cazador se abre paso buscando pequeñas reliquias de sangre a base de eliminar enemigos. Tampoco no podemos especificar mucho qué busca realmente.
 

      En nuestra aventura conocemos individuos que nos piden nuestra colaboración a cambio de recompensas, premios y demás, lo típico, pero la historia en sí no es nada oficial. Que cada uno piense lo que quiera. Bajo nuestro punto de vista, no es más que un cazador que tiene sed de sangre que luego usa para ser más fuerte (ecos de sangre) y subir de nivel. Necesita aniquilar engendros y qué mejor lugar que Yharnam donde todos sus habitantes están atropellados de la cabeza y deambulan las bestias. Los hay de toda clase. El cazador se dedica a pasearse por sus calles armado con cuchillas para repartir golpes. Que el lector no piense mal, no se trata de ir por ahí como si fuéramos una cortadora de césped en una película de zombis. El juego tiene una dificultad alta, propia de los juegos de FromSoftware, pero con una línea de aprendizaje aceptable que reta al jugador a continuar.
¿Sabías que......? el juego Bloodborne lo han jugado 11 millones de usuarios de los cuales 630.000 han conseguido su trofeo platino.
Aun así, es fácil encontrarnos algún mal bicho que se nos atraviesa, o una zona donde pasamos pavor porque siempre nos hacen morder el suelo. Miyazaki y su equipo no quieren que esto sea run and gun, sino que pensemos antes de cruzar una puerta, entrar en un área o que planifiquemos una estrategia antes de pegarnos contra tres tipos a la vez porque el resultado casi seguro será malo. No vale atizarle a uno y tirarse en plancha a por el siguiente. Como ocurre en Dark Souls, el hecho de morir hace que perdamos toda nuestra experiencia aunque más que perderla podemos decir que "se nos cae". El cazador hace respawn en su campo base, que es el Sueño del Cazador, y tiene la oportunidad única de ir a recuperar la experiencia al mismo lugar donde murió aunque si por el camino nos patean, esta vez sí los ecos de sangre se perderán para siempre. Podríamos decir que el título copia descaradamente las mecánicas de Dark Souls, pero para eso es de la misma familia, aunque aquí nuestro protagonista no posee escudos para protegerse. Para defenderse de los golpes debe confiar en su habilidad para esquivarlos o bien usar el arma de fuego que lleva equipada en la otra mano. El arma de fuego hace un daño irrisorio pero es la herramienta para poder stunear al enemigo si le disparamos justo en el momento de atacarnos, y de paso ejecutar un crítico (golpe fatal).

      Bloodborne tiene aspectos de rol como potenciar características de nuestro cazador, subir habilidades, fuerza, resistencia, lo de siempre…. En este aspecto no tiene gran originalidad pero sus armas y sus escenarios presentan un estilo artístico único. Nos hemos quedado maravillados con las decoraciones que hay en todos los mapeados. Es una mezcla de gótico, barroco y victoriano sazonado con algo bizarro. Un sobresaliente a su diseño artístico que ha enamorado a millones de jugadores por su estética. Bloodborne no pertenece estrictamente al género del terror pero hay momentos en los que se pasa miedo gracias a su atmósfera. Para sorpresa, el final de BloodBorne dependerá de nuestras últimas acciones antes de enfrentarnos al boss final (hay tres finales diferentes). Sea cual sea el ending que desbloqueemos, el final es tan redondo que no necesita precisamente otra entrega aunque la comunidad lo está pidiendo de rodillas. Miyazaki no es que se haga de rogar, es que no le gusta repetirse en sus obras. Lo ha manifestado varias veces en entrevistas. Recordemos la bronca que tuvo con su propia productora con Dark Souls 2. Él no quería sacar la segunda parte pero algunas empresas no entienden al director artístico cuando de lo que se trata es de ganar dinero. Dark Souls 2 no estuvo dirigido por Miyazaki pero si su tercer capítulo (Dark Soul 3) donde Miyazaki y la compañía pactaron que este sería el último de los Dark Souls, al menos con su firma.
Su atmósfera es única. Su diseño artístico ha conseguido cautivar a millones de jugadores.
      Bloodborne tiene multijugador online (no local). Si habéis jugado alguna vez al multijugador de Dark Sous, entonces no importa que expliquemos demasiado porque se trata de la misma mecánica. Jugadores que invocan a otros para cooperar o invadir partidas. El invasor de una partida tiene como objetivo matar al anfitrión. Lo que sí tiene único este título es su modo Mazmorras Cáliz. En él, nuestro cazador realiza rituales sobre tumbas para generar mazmorras de manera semi-aleatoria. Al introducirnos en estas mazmorras, el cazador se adentra en un submundo donde le esperan criaturas demoníacas. Se trata de ir avanzando por salas. Las mazmorras cáliz no son parte del hilo argumental del juego pero sirven como entretenimiento, entrenamiento de nuestro cazador, practicar con armas o conseguir reliquias únicas que no están en el resto del juego.

      Bloodborne llevó el concepto de videojuego a otro nivel. Muchos jugadores comentaron en las redes sociales que habían abandonado el mundo de los videojuegos pero que gracias a Bloodborne volvieron a encontrar la pasión de jugar. En una época en que los títulos se preocupan en ajustar la dificultad para que todos los usuarios "se lo pasen", en Bloodborne se han preocupado en que aprendas de tus errores, invitándote a que lo vuelvas a intentar. Morir se muere muchas veces, pero el juego es adictivo como ningún otro. Es un juego obligado para todos aquellos que se hagan con una Ps4.
Calificación: Muy Bueno