FromSoftware lo volvió a hacer. Volvió a hacernos sudar. La
compañía japonesa que tiene trato con el hardcore gamer ha querido lanzarles un
nuevo saludo en forma de aventura para un solo jugador, lineal y, ojo al dato,
totalmente offline. Aquí uno se enfrenta a los peligros él solito, no hay ayuda
exterior. Quedan exentos los que se jactaban de haberse pasado un Dark
Soul pero que en realidad se dedicaban a invocar a otros jugadores para que les hicieran
el trabajo sucio contra los bosses. En Sekiro no hay ayuda online. ¿Qué es Sekiro y de dónde sale? Tras mantener varias
entrevistas con la prensa, el director de producción Hidetaka Miyazaki dijo que cuando
completaron el desarrollo de BloodBorne ─año 2015─ se pusieron a trabajar de
inmediato con Sekiro: Shadows Die Twice.
O sea, que Sekiro es una obra que lleva en el horno 4 años
aproximadamente, dentro de la media de los grandes títulos triple A. Miyazaki, el director de programación, le dijo a su equipo que quería hacer algo diferente a Dark Souls, y Bloodborne,
que acabada de salir, ─es conocido por Miyazaki que no le gusta repetirse en
sus trabajos─. Eligieron la época feudal del Japón antiguo para inspirarse y,
de paso, dar a conocer su cultura histórica al mundo aprovechando el tirón del prestigio de la compañía FromSoftware, que en los últimos años no deja de "regalarnos" joyas.
Los mapas de Sekiro son
un despliegue de sentidos, ambientación y paisajes típicos del Japón, incluso el actual. Hacemos un paréntesis aquí para quitarnos humildemente el sombrero por
el mapa de la fortaleza de Ashina: un enorme castillo de piedra y madera con una
arquitectura llena de armonía y laberíntica al mismo tiempo. Sus estancias y pasadizos secretos nos han cautivado. Acompañado de una música de intriga,
acción y meditación con instrumentos japoneses que nos teletransporta al país
del Sol naciente. Los gráficos de Sekiro no son de
tecnología avanzada, lo que hace Sekiro un juegazo es su ambientación, su
jugabilidad, su mapeado, su dificultad.... Su historia es quizá lo menos impactante.
El Castillo de Ashina, una enorme fortaleza dividida en diferentes estancias, exteriores e interiores. Es uno de los mapas más impresionantes que hemos visto nunca antes. |
Mucho se habla de la dificultad de Sekiro pero ¿de qué va?
Sekiro nos habla de un ninja que ha jurado lealtad para proteger a un niño
divino llamado Kuro. Este niño divino es especial, según parece, porque tiene
la facultad de crear ejércitos inmortales con su sangre, aunque no nos explican
cómo lo hace realmente, si los invoca con chasquear los dedos o jugando con arcilla. Un niño que tiene el don de crear ejércitos invencibles es un caramelo
para un Hitler de la época pero como estamos en una época feudal japonesa,
concretamente en el período Sengoku (finales siglo XV) años de guerras entre
clanes, aparece otro personaje de egos superiores llamado Genichiro que en
cuanto se entera del don divino del niño, este quiere secuestrarlo para
rebanarlo por partes. Genichiro no deja de ser un jefe militar que quiere gobernar todo Japón, como muchos otros. Pero por ser de cierta familia se cree con más derechos que otros a gobernarlo todo.
Nada más empezar la aventura, nos encontramos con que el
niño celestial está raptado por sus captores pero vivo, inexplicablemente. Sekiro, el shinobi que
ha jurado protegerlo, se va corriendo a liberarle. Sorpresa para el jugador que
la primera fase la completa rescatando al niño y enfrentándose a Genichiro, de
buenas a primeras. El primer enfrentamiento es una derrota asegurada, hagamos
lo que hagamos, porque forma parte de la historia. Sekiro pierde el duelo contra
Genichiro que le corta el brazo de un tajo, por eso la prótesis que llevamos a lo largo de
la aventura que empieza de verdad a partir de este momento. Sekiro se jura a sí
mismo ir a rescatar al niño otra vez y, de paso, pedirle revancha a quien le cortó el brazo aunque ahora tenga otro
mejorado. A mitad del juego hay un punto de no retorno en el que nuestro
shinobi debe tomar unas decisiones que afectarán a nuestro final. No vamos a
desvelar más detalles por si no lo habéis jugado. Hay cuatro finales distintos.
Su dificultad, ese gran olvidado de los videojuegos
actuales, es un factor que diferencia a Sekiro del resto. Para las distribuidoras siempre es un quebradero de cabeza ─el que no
llegue al gran público su producto─ pero los programadores de Sekiro no se han molestado lo
más mínimo en ocultar su dificultad y su violencia, para alegría de la distribuidora. ¿Sekiro es un juego difícil? Sí, sin lugar
a dudas. ¿Es un juego tan difícil como para no pasárselo? Depende de ti.
Decimos esto para que quede claro que todo el mundo puede jugar y pasarse
Sekiro sin problemas. Pero quien se aventure a ello debe tener en cuenta que la
paciencia es una virtud imprescindible en este título. ¿Por qué? Porque aquí no
sirve el aporrear el botón de ataque o rodear al enemigo como un satélite para
atacarle por detrás.
Genichiro y Sekiro, en su primer enfrentamiento |
El sistema de combate de Sekiro no es el de un Dark Souls.
Aquí todos los enemigos, incluidos los bosses, tienen dos barras de personaje
cada uno ─ una de Salud y otra de Postura─ que el jugador tiene que tratar de vaciarlas.
Basta con vaciar una. Para vaciar la barra de Salud está claro: encajándole
hits normales basta. La de Postura se vacía a medida que le encajamos también
golpes pero esquivamos sus ataques y le hacemos parrys (rechazos) que es
apretando al mismo tiempo el botón de cubrirse justo cuando nos están golpeando.
Tanto si vaciamos la Salud o la Postura, el enemigo quedará aturdido y es el
momento para hacerle un crítico ─ que se realiza automáticamente pulsando una
vez más el botón de ataque─.
Algunos enemigos tienen más de un crítico, debiendo de empezar desde el
principio cuando le hemos asestado uno con éxito. Hay enemigos que para
abatirlos hay que realizarle hasta tres críticos, por ejemplo.
"Nuestra intención es que el jugador muera un montón de veces. Queremos que cada batalla sea intensa, queremos que los jugadores sientan el riesgo y la emoción de luchar tú a tú contra estos enemigos." Hidetaka Miyazaki, director de Sekiro: Shadows Die Twice
No os asustéis si
estáis leyendo esto y no habéis jugado nunca a Sekiro. Alguno puede pensar que
si todos los enemigos son así, apaga la consola y vámonos a chupar cervezas. Tranquilos.
La dificulta de Sekiro no se sustenta en sus enemigos comunes, sino en sus
bosses de final de mazmorra. Aquí es donde se encuentra el reto de verdad. Además,
tiene una curva de dificultad bien definida que muestra al jugador el camino
correcto, lo que debe hacer, al menos para no sufrir tanto. Pero hay que
prestar atención a lo que nos enseña el juego, sus pistas, porque si no lo hacemos la
atascada puede ser importante. Sekiro ha logrado desquiciar a algunos streamers
en directo, para mofa de otros. O como le pasó a un neoyorquino, que llegó a ofrecer dinero
en mano a quien viniera hasta su casa para derrotar al final boss del juego
porque él era incapaz.
Otra faceta importante
de Sekiro es su doble vida. El propio título nos da la pista: Sekiro shadows die
twice (morir dos veces). Si salimos derrotados, el protagonista puede elegir
entre renacer en el mismo lugar (aprovechando la confianza de la IA al ver un
pixel muerto) o volver a empezar. La posibilidad de resucitar garantiza una
enorme estrategia. Por ejemplo: evita que perdamos puntos de experiencia
acumulados. Una retirada a tiempo siempre es buena. Eso sí, si volvemos a morir
olvidaos de ir a recoger vuestras almas, como en Dark Souls. Aquí no hay
perdón. Los puntos de experiencia se pierden para siempre. Morir repetidas veces provoca que algunos NPC's contraigan una enfermedad llamada Dracogripe, lo que interrumpe tu progreso en ciertas historias de NPC's si estás enrolado en ellas (misiones secundarias, recados, etc).
En Sekiro no todo es
ir pegándose contra el mundo de Japón. El sigilo no se deja de lado, y hace
homenaje a juegos pasados que apostaron por esta forma de jugar como la saga
Tenchu. Enfrentarte a más de tres enemigos a la vez es casi un suicidio. Por
eso, una manera de jugar que va bien compaginarla es la de ir sigilosos.
Ocultos al mundo. Fromsoftware ha dejado descolocada a la industria
acostumbrada al modo cooperativo online. Miyazaki y su equipo han demostrado
que se pueden seguir haciendo grandes títulos sin necesidad del online. Una
aventura vertical pero que deja decidir al jugador qué camino del samurái escoger.
Sekiro es toda una lección de recursos bien gestionados. Se puede hacer un
juegazo sin necesidad de gráficos que quiten el hipo. Algunos usuarios desechan
Sekiro porque lo ven muy difícil pero su dificultad no debe ser vista como una
barrera, sino como un reto. Un juego que va camino a convertirse en un clásico.
4 Consejos para jugar
a Sekiro Shadows Die Twice
1.- El sistema de combates
es nuevo y único. No es un Dark Souls, y quienes vengan con esa idea se van a
comer muchas collejas. Sekiro nos obliga a cambiar de actitud a la hora de
luchar. Sed pacientes. Esquivad y devolved los golpes en el momento
oportuno. No vayáis a lo loco, al menos
al principio. Aquí no sirve lo de farmear para subir de nivel y ser más fuertes
que el otro. Nuestra habilidad al mando, usar bien las armas de la prótesis del
brazo, los ítems y mucha concentración a la hora de jugar es nuestra mayor
baza. Hay gente que se ha pasado el juego sin mejorar mucho los atributos.
2.- Nuestro shinobi puede
aprender nuevas habilidades de combate canjeando puntos de experiencia, alguna
más útil que otras, o más efectiva según contra qué enemigos. Usa la que
más se adapte a tu manera de jugar. Cámbialas en cualquier momento en el menú de pausa.
3.- De uno en uno. Como
hemos dicho antes, enfrentarte a más de 3 enemigos a la vez es como tirarse por
un acantilado. Usad el sigilo. No hay porqué pasarle la hoja por el cuello a
todos los minibosses que veamos. Algunos son evitables.
4.- En el juego hay tres tipos de enemigos: están los enemigos comunes, los
Minibosses y los Bosses. De estos últimos, uno o dos se os van a atragantar, fijo. Si os pasa esto, no tenéis más remedio que ir a buscar la
máscara del Dragón ─ dividida en tres partes, repartida en diferentes
localizaciones─ que os permite subir vuestro atributo de Fuerza por cada 5
puntos de experiencia acumulada. ¡Ojo! que el farmeo es grande. Terriblemente tedioso. Y aun así, no es garantía de
que podáis vencer ya que vuestra Fuerza subirá, pero la de vuestro enemigo
también lo hará ligeramente para compensar. Por eso, el mejor método para
derrotar a un rival pesado es el ensayo-error. Aprender bien sus combos,
jugando una y otra vez contra él, detectando el momento más oportuno para
atacarle. Si no disponéis de tanto tiempo pues os vais a una videoguía en
Youtube.