NIOH


NIOH (Ps4)…. Nioh no es un Dark Souls, aunque muchas webs de videojuegos lo hayan familiarizado con la saga popular de From Software. El juego creado por Team Ninja, exclusivo de Ps4, es un juego de rol/acción con tintes de Hack and Slash. Más parecido a un Ninja Gaiden que a un Dark Souls, para que nos hagamos una idea. Los desarrolladores no se esconden a la hora de decir que se han inspirado mucho en la saga Dark Souls, pero Nioh tiene un ritmo de juego tan diferente que es más apropiado definirlo como una obra aparte. Recordemos que la saga Dark Souls tuvo una gran éxito comercial, sobre todo en Japón. Los de Team Ninja vieron la oportunidad. Han copiado la fórmula para introducirla en un ambiente del Japón feudal. Por lo tanto, éxito asegurado. Al menos en la isla nipona. El estilo de juego Nioh estuvo desarrollándose alrededor de 13 años ─sí, 13 años─ hasta que finalmente salió al mercado. Es obvio que no estuvieron todo el día programando el juego durante estos 13 años, sino que tuvieron sus pausas, cancelaciones, reprogramaciones, rebautizos de su nombre –hasta 4 veces cambiaron el título─ hasta decantarse definitivamente por Nioh.

     La prensa especializada no apostaba mucho por el juego, aunque algunos lo esperaban como el lanzamiento de un iPhone solo por ver en qué se había convertido finalmente Nioh después de una década de desarrollo. Había sufrido tantos cambios que algunos pensaban que se encontrarían con un juego de carreras. Su salida en 2017 dejó muy buenas críticas dejando el listón muy alto, erigiéndose como un claro candidato a Juego del Año.

     No era para menos. El juego Nioh goza de un motor gráfico impresionante, muy fluido, que convierte su jugabilidad en una experiencia positiva perpetua. Además la historia tiene un trasfondo interesante, aunque no es lo mejor del título. La historia se sitúa alrededor de finales del siglo XVI cuando Inglaterra, bajo el mandato de la Reina Isabel I, estaba comprometida con múltiples guerras por mantener sus colonias. Una de las guerras que más dolores de cabeza les trajo es la desencadenada contra los españoles para mantener el control de las rutas marítimas. Es bien sabido que la Reina Isabel I estaba hasta las tetas de los españoles. Aquí, según el juego, la Reina y sus asesores recurren a la alquimia como último remedio para dar con la victoria. Ordenan expoliar una piedra filosofal, o mágica, propia de Japón: la Amrita. Parece ser que las propiedades mágicas de esta piedra pueden dar el control mundial al ejército que la posea. Entonces hace aparición nuestro protagonista, William, un inglés con cara de estadounidense y con un parecido más que razonable a Paul de la saga Tekken. El personaje está inspirado en la figura real de William Adams, uno de los primeros occidentales en llegar a Japón.

     Pues bien, en el juego, William está confinado en la Torre de Londres, famosa por sus celdas y calabozos donde las torturas eran tan normales como la acción de respirar. El jugador pilota a William en su primera misión que consiste huir de ahí, en pelota picada, sin armas, aunque poco a poco va equipándose para esquivar a los guardias hasta finalmente conseguir salir del siniestro lugar. William emprende huida rumbo hacia Asia, a bordo de un galeón. Allí desembarca, sin quererlo, en plena guerra civil entre japoneses. Es la famosa era Sengoku, una guerra entre clanes antes de la unificación de Japón. En resumidas cuentas, la contienda es tan encarnizada, y ha generado tan mal rollo entre los humanos, que es campo abonado para la aparición de Yokais –demonios y criaturas propias del folclore japonés– que empiezan a hacerse un lugar entre los mortales nipones. 
     La situación ha empeorado tanto que no se les ocurre otra cosa que pedir asesoramiento a un extranjero que no habla ni papa de japonés: William. Nuestro personaje va contándonos su historia con cinemáticas. Básicamente, Williams se encarga de ayudar a un shogun, un señor de la guerra, para derrotar a los Yokai. La mayoría de nuestros enemigos son seres, criaturas y demonios de la mitología japonesa, haciendo aparición algún que otro humano perdido de vez en cuando. Bajo nuestra opinión, los tipos de enemigos en Nioh se plagian demasiado entre sí, cayendo mucho en la repetición. Todos los bosses finales son diferentes, pero los enemigos comunes podrían haberse hecho más variados. Nos muestran una mezcla rarísima de historia europea, historia de Japón, demonios, yokais, lucha entre humanos y un occidental en medio de toda esta guerra que ni le va, ni le viene. Aún así, el argumento consigue enganchar al jugador. Hay elementos dispares y choque de culturas, pero funciona. ¿Cómo lo han conseguido?


Los Yokai

Japón es un  país tremendamente supersticioso. Podríamos entrar en el debate de si nuestro país también lo es o no, o en qué medida. El caso es que Japón, como en otros países con un pasado muy religioso, tanto budista como sintoísta, tiene un fuerte arraigo a creencias que condicionan el comportamiento de sus habitantes.


     Yokai podría traducirse de muchas maneras según el contexto: «aparición», «monstruo», «espíritu» son algunas de las fórmulas. En los videojuegos europeos, o norteamericanos, se han usado elementos terroríficos en aventuras: vampiros, hombres lobo, momias, etc. En los juegos japoneses, desde hace muchos años, se han usado las criaturas típicas del folclore nipón. En Nioh, la presencia de Yokais es la base enemiga fuerte, algunos tan carismático como un paraguas encantado con un ojo que dispara dardos. Se dice en Japón que algunos objetos, cuando tienen más de 100 años de antigüedad, cobran vida propia. Esta superstición también se aplica en teteras, relojes, sombrillas, sandalias, etc. El uso de los Yokai en la aventura, para luchar contra ellos, es un orgasmo para un friki japonés. Gracias a esta fórmula el juego ha ganado mucha popularidad, sobretodo en Japón.

Nioh NO es un Dark Souls

El título que nos ocupa se trata de aprender bien las habilidades de William, lootear, usar los ítems correctamente y equipar acertadamente a nuestro personaje. Si lo hacemos así, las misiones son un paseo. William transitará sin despeinarse. Pero el verdadero reto en Nioh son sus jefes finales de las misiones. Cuentan la habilidad del jugador pero más aún el buen dominio de los ítems que tengamos y cómo vayamos subiendo el personaje. Resumiendo: se premia el ataque y la agilidad. La curva de aprendizaje está bien equilibrada y aunque muramos muchas veces, pudiendo desesperarse más de uno, siempre encontraremos el punto débil o el patrón del final boss para hacerle morder el suelo. Quienes hayan jugado a Ninja Gaiden de Xbox verán más puntos en común que con Dark Souls. Es obvio que después de tantos años de desarrollo, y viendo los resultados de la saga Dark Souls sumando la entrega Demon’s Souls, los programadores de Nioh se han inspirado en menús, interfaces y opciones que hacen más complementaria la experiencia del juego. Sin embargo, el modo de juego a la hora de luchar es más complejo, el sistema de lucha es más profundo, haciendo posible que el dominio de William sea más personalizado de lo que podría hacerse en un Dark Souls. 

     Además, la partida es más rápida gracias a su motor gráfico. Cabe destacar que no estamos hablando de que sea mejor el hecho de que las peleas sean más rápidas, sino que sumergen al jugador a otro nivel de juego más dinámico que altera la partida, provocando una experiencia diferente a un Dark Souls. Nos encontramos con hechos similares, como que si morimos, nuestra experiencia acumulada queda depositada en el mismo lugar donde hemos yacido a la espera de que la recojamos de nuevo. Si morimos de nuevo, esa experiencia se pierde para siempre.
     También hay pistas de lugares donde un jugador online ha muerto en el sitio (como en Dark Souls), el motivo, y la posibilidad de luchar contra su reencarnación. Nioh NO es un juego fácil. Exige tiempo y dedicación al usuario. Si el jugador de atraganta con una mazmorra, puede solicitar ayuda a otro jugador mediante online. El nivel de dificultad es el que hay, no hay posibilidad de bajarlo. Si el lector no lo ha jugado aún, le recomendamos que lo haga sin esperar un Dark Souls o un Bloodborne. Nioh ha obtenido muy buenas críticas, sobre todo por su discreción técnica al servicio de la jugabilidad. No tiene unos gráficos espectaculares pero su diseño artístico es incuestionable. Ha conseguido vender más de 2,5 millones de copias.


Calificación: Muy Bueno